
Fomentar el respeto y la empatía tanto en el ámbito online como en la vida real son la clave para ayudar a evitar situaciones como la de este caso real, en el que un grupo de adolescentes graban y difunden un vídeo de dos menores con discapacidad intelectual.

El daño que se ocasiona a una persona, en este caso a un menor, con una acusación falsa puede afectar no solo a su reputación, sino también a su salud. Así ocurrió en este caso real en el que se modificó la web de un centro educativo con falsas acusaciones.

La corta edad de los menores de este caso real no fue impedimento para protagonizar una historia que sorprende tanto por la seriedad y gravedad de las acusaciones como por las posibles repercusiones legales hacia menores de edad.

Este caso real invita a la reflexión sobre las consecuencias que podemos sufrir si no cuidamos nuestra privacidad en redes sociales. Algo que en su momento fue divertido, se convirtió años después en motivo de disgusto para nuestra protagonista.

Sabemos que el acoso tradicional ha traspasado la barrera de Internet, pero no solo se limita a comentarios o mensajes privados. La tecnología evoluciona a gran velocidad, y niños, niñas y adolescentes pueden utilizar los espacios de comunicación en línea, las redes sociales o cualquier aplicación de forma negativa contra sus compañeros/as. Nuestra misión es reorientarles hacia un uso positivo y respetuoso.

Es un hecho, sabemos que existen casos de ciberacoso en nuestras aulas. Los menores utilizan Internet para difundir bromas, ataques o humillaciones, y aunque a menudo se lleva a cabo ante nuestros ojos, no siempre somos conscientes de la magnitud del problema o sabemos cómo actuar. Este curso, todos los educadores/as debemos proponernos participar activamente en la detección y resolución de estas situaciones, porque es esencial para minimizar las consecuencias.

Las nuevas tecnologías, usadas de forma positiva, benefician también el desarrollo social y educativo de los menores. A pesar de ello, cuando se utilizan de forma inadecuada o irresponsable, pueden promover conductas negativas entre los adolescentes, y desembocar en situaciones de ciberacoso que tienen su continuidad al terminar las clases y salir del centro educativo. ¿Qué podemos hacer para frenar el ciberacoso en las redes sociales?

Todas las personas que utilizamos Internet como medio para comunicarnos y relacionarnos somos ciudadanos/as digitales. Tenemos la responsabilidad de comportarnos de forma cívica con los demás en la Red y los menores deben aprender qué normas sociales deben respetar. ¡Te mostramos algunas ideas para conseguirlo paso a paso!

Ya está abierto el plazo para participar en la primera edición del concurso “CyberTasks For Kids” que te ofrecemos desde INCIBE a través de IS4k. Podrás participar hasta el 20 de diciembre de 2019.

Alrededor de un menor, víctima de ciberacoso, casi siempre hay otras personas que son conocedoras de la situación (según el III Estudio sobre acoso escolar y ciberbullying, en un 91% de los casos) como pueden ser los compañeros, amigos, personas cercanas al acosador o incluso los adultos que están a su lado.. Lo que muchos no saben es que tienen un papel mucho más importante de lo que creen: los observadores pueden frenar una situación de ciberacoso.