Preguntas frecuentes

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La tecnología forma parte de nuestro día a día, por lo que es habitual que a los padres, madres y docentes nos surjan dudas sobre la seguridad de los menores en Internet. Consulta nuestras respuestas a algunas de las preguntas más frecuentes.

Si no lo ves claro, o tienes alguna duda o problema relacionado con Internet, ponte en contacto con nuestra línea de ayuda y te ayudaremos de forma gratuita y confidencial.

  • ¿Tu hijo está asustado por un reto viral?

    Vídeos, mensajes o publicaciones en general con contenidos similares a “Momo” y otros bulos o retos pueden infundir miedo y ansiedad entre los menores.

    En estos casos podemos actuar a través de las siguientes pautas:

    • Ayúdale a superar los miedos. Es muy importante que transmitas a tu hijo tranquilidad, seguridad y confianza con el objetivo de ayudarle a dejar atrás el miedo con cariño y comprensión.
    • Ponte en su lugar. Dale razones para que comprenda que su miedo no tiene fundamento real y ayúdale a analizar racionalmente que está fuera de peligro.
    • Desarrolla su capacidad crítica. Explícale la importancia de contrastar la información y evitar en la medida de lo posible compartir este tipo de contenidos para frenar la difusión de noticias falsas o no contrastadas.
    • Trabaja la mediación parental. El acompañamiento y supervisión de los menores en su relación con Internet resulta fundamental, ajustando esa mediación de manera paulatina a la madurez y responsabilidad que muestra el menor. Potencia la comunicación sobre estos temas con tu hijo. Afianzar su confianza te permitirá identificar situaciones de riesgo y facilitará que acuda a nosotros ante posibles incidentes.
    • Contribuye a una mejor Internet para los menores. Reporta cualquier contenido inadecuado e, incluso, ilícito dentro del sitio en el que lo visualices y también a través de la Línea de Reporte de contenidos peligrosos.

    Para poder aconsejarte de manera personalizada y ajustada a tu caso, te invitamos a que nos llames al teléfono gratuito y confidencial 017, la Línea de Ayuda en Ciberseguridad de INCIBE, donde te atenderá un equipo de psicólogos especializados en este tipo de situaciones.

  • Está raro, ¿cómo puedo saber si tiene algún problema online?

    Hay señales de aviso como cambios repentinos de humor, brotes de agresividad o de depresión y aislamiento, ansiedad o indiferencia por el móvil e Internet, reacciones exageradas ante bromas de poca importancia, cambios en las amistades, molestias de tipo psicosomático (dolores inespecíficos de cabeza, de barriga), etc. Estos síntomas pueden ser orientativos de que pudiera estar sufriendo un problema online (ciberbullying, grooming, difusión de imágenes íntimas, etc.), aunque no son concluyentes.

    Sin embargo, nuestra mejor arma para saber si está pasando algo es la comunicación. Lo primero es prepararnos para hablar con él: buscar la manera de sacar el tema de conversación (interesarnos por cómo le va, aprovechar algún problema online de un famoso) y tener claro lo que queremos conseguir (qué información, cómo se siente, qué transmitirle).

    Comillas dobles de citaSi tenemos hábitos de diálogo y una relación de confianza con el menor, será más sencillo estar al tanto de su día a día (también en Internet).

    Puede ser útil hablar con sus amigos (o sus padres), y con su tutor a fin de tener más información, saber si les ha contado algo. Incluso pedirle a algún adulto de confianza y referencia para nuestro hijo o hija (por ejemplo un primo, una tía o su hermano mayor), que hable con él para saber si puede estar pasando algo. Si disponemos de herramientas de control parental en sus dispositivos habituales, también podemos revisar los registros de actividad.

    En definitiva, se trata de buscar toda la información posible, creando a su vez un clima de confianza y cariño, mostrándonos de su parte, abiertos a escucharle y ayudarle, darle espacio para expresarse (centrados en sus sentimientos y necesidades), evitar dudar de su versión, ni juzgarle, ni reaccionar exageradamente o de manera nerviosa. Si efectivamente hay un problema, ya hemos sentado una buena base para afrontarlo y buscar soluciones.

  • Está sufriendo ciberacoso, ¿cómo puedo actuar?

    Lo primero es saber si estamos ante un caso de ciberacoso. Una pelea o discusión puntual, aunque se produzca a través de mensajería instantánea o redes sociales, hay que tratarla pero no se puede considerar ciberacoso (daño intencional y repetido por Internet).

    Nuestra actitud ha de ser serena, constructiva y activa para buscar soluciones, evitando dejar pasar el tiempo, ni reaccionar impulsiva y exageradamente. Tampoco debemos culpabilizar a nuestro hijo o hija, ni a sus acosadores (son menores que también necesitan ayuda).

    Lo primero será dialogar, escucharle con calma, dejándole espacio, estar atentos a sus sentimientos y necesidades, reforzar su autoestima. Es muy importante que sienta que vamos a ayudarle, que estamos a su lado y puede confiar en nosotros. Conviene asegurarnos que no va a responder a los mensajes acosadores (para no agravar el problema), ni tampoco borrarlos (para mantener las pruebas).

    Comillas dobles de citaGuarda capturas de pantalla de los mensajes acosadores, pueden ser útiles para explicar el caso.

    A continuación sería bueno hablar con el centro educativo para que nos ayuden a gestionar el caso, e incluso mediar con los agresores (y sus padres) para pedirles que eliminen los mensajes ofensivos. Si no sabemos quiénes son o se niegan a hacerlo, hemos de reportar los mensajes e imágenes humillantes ante las páginas y redes sociales donde se han publicado para pedir que los eliminen y bloqueen a esos usuarios. Si es necesario un apoyo psicológico, además del centro educativo podemos acudir al centro de salud o a asociaciones especializadas.

    Por último, si por la vía del diálogo no hemos conseguido solucionarlo, debemos acudir a los cuerpos policiales o a la Fiscalía de Menores.

  • Ha compartido una foto desnudo, ¿qué puedo hacer?

    A pesar de la gravedad de la situación, mantener la calma es importante para actuar de forma serena y sensata, a la vez que nos permitirá transmitir al menor seguridad y apoyo. No es momento de juzgar estas prácticas o culpabilizarle de las posibles consecuencias. Más adelante, podremos valorar juntos sus motivaciones para practicar el sexting, y cómo evitar que esto vuelva a suceder.

    Es preciso dialogar para conocer más detalles: a quién ha enviado las imágenes y si tiene conocimiento de una posible difusión a otras personas. Después, debemos contactar con quienes han recibido la imagen, para solicitarles su eliminación y cortar su difusión. Puede ser necesario informarles de las repercusiones legales que tiene la mera posesión de este tipo de contenidos, así como su difusión.

    Si alguna imagen está siendo divulgada a través de una red social u otra plataforma de Internet, podemos solicitar su retirada al proveedor de estos servicios. También podemos comentar la situación con el centro educativo para que nos ayuden en la gestión del incidente, conocer la difusión entre sus compañeros y mediar en el contacto con ellos. Además, pueden ofrecer apoyo psicológico a nuestro hijo o hija, al igual que su centro de salud.

    Comillas dobles de citaNo es momento de juzgar estas prácticas o culpabilizarle.

    Si la vía del diálogo no es suficiente, la difusión de las imágenes se ha descontrolado o no estamos seguros de que se hayan eliminado en su totalidad, es necesario contactar con los cuerpos policiales o con la Fiscalía de Menores. Para ello, es importante guardar y aportar pruebas como capturas de pantalla y el historial de mensajes. Una vez presentada la denuncia, debemos seguir al detalle sus indicaciones para evitar interferir en la investigación.

  • Está enganchado en Internet, ¿cómo le puedo ayudar?

    Las nuevas tecnologías forman parte del día a día de los menores, más aún a partir de la adolescencia. Es habitual que utilicen Internet para relacionarse y comunicarse, así como medio de entretenimiento. Por lo tanto, no es fácil determinar en qué momento ese interés o afición hacia Internet se puede llegar a convertir en una adicción. Por lo general el límite se establece en la aparición de problemas, el abandono de otras actividades, el descuido de las amistades, ansiedad, irritabilidad o imposibilidad de dejar el móvil.

    A la hora de hablar con nuestro hijo o hija, nuestra actitud ha de ser serena, constructiva, de escucha y comprensión. No se le debe culpabilizar, ni tampoco a la tecnología. Hay que explicarle qué nos preocupa y por qué, e invitarle a ser consciente sobre su uso cotidiano de Internet y las consecuencias que puede tener. Recordemos que somos su modelo de referencia, así que aprovechemos para reflexionar sobre nuestros propios usos de Internet. Para tener más información sobre sus actividades y amistades online, o sobre cambios llamativos, puede ser útil hablar con sus amigos y amigas (o sus padres), y con sus profesores.

    Comillas dobles de citaInvitarle a ser consciente sobre su uso cotidiano de Internet y las consecuencias que puede tener.

    Una buena idea es establecer juntos unas normas de uso de Internet adaptadas a su edad y madurez recogiendo qué aplicaciones y dispositivos puede utilizar, en qué horarios y durante cuánto tiempo (¿mientras estudia?, ¿durante las comidas?, ¿por la noche?). Hay herramientas de control parental que nos pueden ayudar a controlar su cumplimiento.

    Paralelamente debemos reforzar otras posibilidades de ocio, tanto aficiones que haya abandonado recientemente, como proponerle otras nuevas, además de animarle a quedar con sus amigos y cuidar esas relaciones.

    Si necesitamos asesoramiento para tratar esta situación, o vemos que necesita apoyo psicológico para superarla, podemos apoyarnos en el centro educativo y el centro de salud.

  • ¿Cómo puedo saber lo que hace en Internet?

    Lo ideal es tener una relación de confianza con nuestro hijo o hija, hablar habitualmente con él sobre cualquier cosa que le apetezca o nos preocupe, de manera abierta y tranquila. Así, sería muy sencillo estar al tanto del mundillo de Internet en el que se mueve. Sin embargo no es fácil ganarse esa confianza y mantenerla. Además hay momentos de la adolescencia donde a pesar de todo el diálogo y la confianza previa, puede que no se sienta cómodo hablando con nosotros.

    Para tratar de establecer esa confianza y hacer hábitos de diálogo un punto clave es mostrarnos cercanos, tranquilos, siempre dispuestos a escuchar y a ayudar, pero sin forzar, sin juzgarle, ni reaccionar exageradamente. Recordemos que nuestro hijo o hija también tiene su intimidad. Hemos de buscar el equilibrio entre nuestra inquietud por saber que está bien y su necesidad de un espacio privado.

    Un buen comienzo puede ser comentar de manera informal qué tal le ha ido el día, hablar sobre alguna noticia destacada. Hemos de mantener estas charlas periódicamente para ir convirtiéndolas en un hábito. Lógicamente conviene buscar momentos apropiados donde todos podamos encontrarnos más relajados y predispuestos. Luego podemos ir entrando en los temas de Internet: qué aplicaciones, juegos o vídeos le gustan más y por qué, con quién habla por Internet (¿son los mismos amigos y amigas que en persona o hay gente que no conocemos?), si algún amigo suyo ha tenido un problema online, cómo se resolvió y qué opina.

    Comillas dobles de citaSi tenemos hábitos de diálogo y una relación de confianza con el menor, será más sencillo estar al tanto de su día a día (también en Internet).

    Otra buena práctica es pedirle que nos agregue como amigos en sus redes sociales. Además de poder ver sus publicaciones, podrá ver cómo las utilizamos nosotros, lo que además nos animará a tratar de ser un buen ejemplo.

    Si sospechamos que pueda estar en algún problema online, podemos hablar también con sus amigos (o sus padres), con sus profesores y con algún otro adulto de confianza para nuestro hijo o hija (un tío, una prima) para tratar de obtener más información. Si disponemos de herramientas de control parental, también podemos revisar sus registros de actividad.

  • Está hablando con desconocidos por Internet, ¿qué puedo hacer?

    Internet es un lugar propicio para estar en contacto con nuestros amigos y conocer gente nueva que comparte nuestros gustos y aficiones. Sin embargo, puede haber ocasiones en que nos encontremos con personas malintencionadas que se hacen pasar por otras para conseguir sus objetivos, como los pederastas, los captadores hacia comunidades peligrosas, etc. Por ese motivo, si descubrimos que nuestro hijo o hija está en contacto con algún desconocido por Internet, deberemos ser cautelosos a la hora de actuar.

    Comillas dobles de citaEn ocasiones nos podemos encontrar con personas malintencionadas que se hacen pasar por otras en Internet.

    Una de las primeras cosas que debemos hacer es hablarle con cercanía y serenidad, y centrados en obtener la mayor cantidad posible de información sobre esta persona y la relación que tienen entre ellos, para determinar si puede haber algún problema (por ejemplo si está coaccionando o amenazando a nuestro hijo o hija), o si podemos estar ante una situación de riesgo (por ejemplo si ha compartido información privada o datos que permiten localizarle físicamente).

    Si entendemos que hay, o puede llegar a haber un problema, valoremos los posibles objetivos de esta persona, la información que tiene en su poder, sus amenazas, el riesgo de que se cumplan y sus posibles consecuencias para determinar si puede ser suficiente con bloquear a ese contacto y reportarlo a la plataforma de Internet (y pedir que borren sus mensajes), o bien si debemos pedir ayuda a los cuerpos policiales. En todo caso, conviene que guardemos previamente una serie de capturas de pantalla a modo de prueba.

  • Se está interesando por temas de riesgo como perder peso, ideas extremistas, grupos violentos, ¿cómo le puedo ayudar?

    En Internet podemos encontrar todo tipo de información y los menores suelen utilizar esta herramienta para consultar aquello que les crea curiosidad, dado que es rápido, está siempre disponible y no implica tener que plantear la pregunta cara a cara a otra persona. Esta función de Internet no es en sí misma negativa, ya que puede ofrecer información valiosa sobre cualquier temática. El problema está en que los menores no siempre tienen la suficiente capacidad crítica para gestionar toda esa información, y en ocasiones el contenido proviene de fuentes poco fiables o malintencionadas.

    Si sospechamos que nuestro hijo o hija consulta contenidos inapropiados o peligrosos, el primer paso siempre debe ser mantener una actitud positiva y calmada, evitando reacciones desproporcionadas o poco meditadas. Debemos transmitir confianza y apoyo a la hora de preguntarle qué motivaciones tiene para demandar ese tipo de información, así como hacerle ver cómo actúan determinados colectivos a la hora de captar seguidores o qué consecuencias conllevan las actitudes que promueven esos contenidos.

    Puede tratarse de simple curiosidad sobre estos temas, que al fin y al cabo son temas de actualidad en nuestra sociedad. En ese caso, ofrecer contenidos contrastados y adecuados para su edad, y consultarlos juntos, ayudará al menor a resolver sus dudas, así como a promover su capacidad de análisis y pensamiento crítico. Desarrollar sus habilidades sociales y mejorar su autoestima es fundamental para evitar que sean susceptibles de caer en los riesgos asociados a estos contenidos.

    Por otra parte, si no sólo está interesado en estos temas, sino que también participa activamente en esos foros o espacios virtuales, e incluso ha trasladado lo aprendido en Internet a conductas o hábitos en su vida diaria, es necesario que reciba ayuda especializada para gestionar estas problemáticas, por lo que podemos acudir a nuestro centro de salud o al centro educativo para solicitar orientación al respecto.

    En cualquier caso, es importante reportar al proveedor de servicios el contenido que consideremos inapropiado o dañino para los menores. En casos graves, como comunidades de captación hacia grupos violentos, debemos hacer constar nuestra denuncia ante los cuerpos de seguridad.

  • Se hacen pasar por mi hijo o hija en las redes sociales, ¿cómo puedo actuar?

    Puede haber ocasiones en que alguien se haga pasar por nuestro hijo o hija en Internet, ya sea para reírse, ridiculizarle y hacerle daño, bien para dañar a otra persona o cometer un delito en su nombre. En estos casos es importante mantener la calma, apoyarle en busca de una solución, pero sin culpabilizarle ni reaccionar exageradamente.

    Lo primero es revisar juntos todas las aplicaciones, redes sociales, juegos online u otras páginas que utiliza para comprobar si hay alguna más afectada. Además, debemos determinar de qué modo se están haciendo pasar por él o ella: ¿han creado un perfil falso con su nombre y sus fotos?, ¿han usado sus cuentas reales de usuario (y ya no puede acceder)?

    En ambos casos conviene guardar capturas de pantalla a modo de prueba de la suplantación de identidad. Si sospechamos de alguna persona, podemos hablar con ella (y/o sus padres), e incluso solicitar el apoyo y la mediación del centro educativo para pedir que elimine los mensajes inapropiados y devuelva el acceso a la cuenta.

    Si esto no funciona, o no sabemos quién puede estar detrás, podemos reportar a la plataforma los mensajes e imágenes que hayan subido en su nombre para que los borren, así como pedir que nos devuelvan el acceso a su cuenta o eliminen los perfiles falsos. Es fundamental cambiar la contraseña, tanto de esa cuenta como del resto de páginas, redes sociales, juegos, etc. Además estaría bien analizar con un antivirus los dispositivos del menor, por si hubieran utilizado algún tipo de virus para hacerse con la cuenta.

    Si no conseguimos resolver el problema por estas vías, siempre podemos acudir a los cuerpos policiales. Si nuestro hijo o hija necesita ayuda psicológica podemos acudir al centro educativo o al centro de salud.

    Una vez resuelta la situación podemos repasar algunas pautas preventivas.

  • Mi móvil no funciona bien, ¿puedo tener un virus?

    Los virus no son cosa sólo de ordenadores. Pueden afectar a cualquier tipo de aparato electrónico, especialmente si tiene la posibilidad de conectarse a Internet. Así pues, si nos parece que el móvil, la tablet o el ordenador van un poco lentos, en Internet nos salen páginas extrañas, recibimos muchos mensajes de publicidad, nuestros amigos nos avisan de que les están llegando mensajes de spam desde nuestras cuentas de mensajería instantánea, correo electrónico o redes sociales, o notamos cualquier otro comportamiento poco habitual, quizás debamos considerar la posibilidad de que se hayan infectado con un virus.

    Comillas dobles de citaLos virus pueden afectar a cualquier tipo de aparato electrónico.

    Lo primero es mantener la calma para no culpabilizar al menor, ni reaccionar exageradamente. Seamos conscientes de que se trata de problemas bastante habituales, y lo importante es ponerles remedio. Para ello empezamos analizando el dispositivo con el antivirus, e incluso haciendo un segundo análisis con un antivirus online.

    Si vemos que siguen los problemas, conviene realizar una copia de seguridad de toda nuestra información (contactos, cuentas de correo y redes sociales, imágenes, música, otros archivos, favoritos, aplicaciones, configuraciones, etc.) antes de pedir ayuda profesional. Las reparaciones manuales pueden implicar una restauración del dispositivo a su configuración “de fábrica” o “por defecto”, con lo que se perdería todo su contenido y habría que volver a instalar y configurar todas las aplicaciones.

    Una vez que esté resuelto el problema, acordémonos de buscar actualizaciones del sistema y de sus aplicaciones para minimizar el riesgo de nuevas infecciones, y sigamos usando el sentido común para no caer en la instalación de aplicaciones o complementos maliciosos, ni pinchar en enlaces sospechosos.

    Si aun así no lo tienes claro, o tu problema es distinto, consulta nuestra línea de ayuda.

  • ¿Cómo puedo hablar con mi hijo o hija sobre los riesgos de Internet?

    Los menores saben cómo moverse en Internet y lo utilizan generalmente a diario, pero eso no significa que sean conscientes de los riesgos que pueden encontrar, y sus posibles consecuencias. La tecnología e Internet deben formar parte de las conversaciones familiares, de este modo fomentaremos un uso seguro y responsable, y además, esta comunicación también será fundamental a la hora de detectar problemas y reaccionar a tiempo.

    La prevención empieza por saber la verdad, y al hablar de estos temas con los menores, a menudo tendemos a suavizar las consecuencias, o incluso evitarlas, porque nos parecen graves, violentas o difíciles de comprender. Pero es importante mostrar qué ocurre cuando no hacemos un uso adecuado de Internet, para apreciar la gravedad de las consecuencias y aprender a actuar de forma responsable.

    Comillas dobles de citaLa comunicación es un canal que debe mantenerse abierto en las dos direcciones.

    Lógicamente debemos tener en cuenta su edad y madurez, pero no por ello debemos esperar a que sean más mayores para hablar de estos riesgos, sólo hay que adaptar los mensajes a su capacidad de comprensión. Podemos apoyarnos en noticias de prensa, recursos educativos virtuales o actividades de ocio que incluyan Internet, facilitando así que fluya la comunicación. De esta forma, fomentaremos las habilidades sociales y su capacidad crítica, para que aprenda a enfrentarse y gestionar correctamente esos riesgos.

    La comunicación es un canal que debe mantenerse abierto en las dos direcciones, por ello es igual de importante escucharles, saber lo que piensan, lo que hacen y cómo se relacionan en Internet. Para escuchar es necesario no prejuzgar y centrarse en las actitudes que se considera necesario mejorar, evitando reacciones negativas o excesivas por nuestra parte.

    Por último, no podemos olvidar que hay edades en las que la comunicación familiar puede verse resentida. En esta etapa, otra persona de confianza cercana al menor (hermanos o primos mayores por ejemplo) pueden mantener esa comunicación, y actuar como persona de referencia si surge una duda o un problema.

  • ¿Quiénes me pueden ayudar ante un problema online?

    Si nuestro hijo o hija está en problemas por algo que le ha sucedido en Internet debemos estar tranquilos y centrarnos en la búsqueda de soluciones. Para ello es bueno que seamos conscientes de que no estamos solos:

    1. El centro educativo puede asesorarnos en la gestión del problema, y en algunos casos incluso puede intervenir directamente o mediar entre las partes en conflicto. Además, en caso necesario pueden ofrecer al menor ayuda psicológica y educativa.
    2. El centro de salud puede ayudar a tratar los efectos negativos de un problema online, tanto a nivel físico como psicológico.
    3. Los servicios sociales pueden asesorarnos en la gestión de un conflicto, pudiendo llegar a mediar en ciertos casos.
    4. Las redes sociales y otras plataformas de Internet pueden gestionar nuestras peticiones de eliminación de contenidos y bloqueo de usuarios. En sus “centros de seguridad” nos dan más información al respecto.
    5. La Agencia Española de Protección de Datos nos puede ayudar a solicitar la eliminación de un contenido en una página web.
    6. Los cuerpos policiales (Policía Nacional, Guardia Civil, Policías Autonómicas y Locales) y la Fiscalía de Menores pueden asesorarnos sobre un problema online y tramitar la correspondiente denuncia. Disponen de unidades especializadas para los delitos que se producen a través de Internet, y en los delitos que afectan a los menores.
    7. Las asociaciones especializadas en la protección de menores en Internet pueden ofrecer ayuda psicológica al menor y a su familia, así como orientación legal en estos casos.

    Si tienes dudas, contacta con nuestra línea de ayuda.

  • He encontrado o me han enviado una imagen íntima de un menor en Internet

    Si encontramos o nos envían una imagen o vídeo de carácter íntimo de un menor, o en el que aparecen menores y existe una cierta desnudez o connotación sexual, en ningún caso podemos difundir ese contenido, y debemos actuar lo antes posible para evitar que siga circulando por Internet.

    Hemos de recordar que tanto la difusión como la posesión de este tipo de contenidos en los que aparecen menores no están permitidas y tienen consecuencias legales, pudiendo incurrir en diferentes delitos. Por ello, teniendo en cuenta la gravedad del contenido, debemos valorar a quien reportar la información.

    • He recibido una imagen por mensajería instantánea o correo electrónico. Si reconocemos al menor que aparece en la imagen, podemos contactar directamente con él o con sus padres, para que tengan constancia de que este contenido está circulando por Internet y tomen medidas. Si se trata de una difusión masiva entre el alumnado, el centro educativo debe tener conocimiento del problema ya que puede asesorarnos o incluso intervenir directamente para frenar la difusión. Si no conocemos al menor, podemos acudir a los cuerpos policiales (Policía Nacional, Guardia Civil, Policías Autonómicas y Locales) o a la Fiscalía de Menores para informar de los contenidos que hemos recibido.
    • He encontrado imágenes o vídeos de ese tipo mientras navegaba por Internet. Una página web, una red social, un foro, una plataforma de descargas, etc., debe ser reportada al propio servicio, solicitando la eliminación de estos contenidos. Podemos apoyarnos en los “centros de seguridad” que la mayoría de las redes sociales tienen a disposición de sus usuarios o contactar con el administrador del servicio. Además podemos acudir a los cuerpos policiales (Policía Nacional, Guardia Civil, Policías Autonómicas y Locales) o a la Fiscalía de Menores para informar de la existencia de esos contenidos. Disponen de unidades especializadas para gestionar los delitos relacionados con abuso sexual a menores que se producen a través de Internet.
  • Me han pedido una imagen íntima a través de Internet

    Si alguien nos pide que le enviemos a través de Internet una imagen o vídeo de carácter íntimo o con connotación sexual, debemos extremar la precaución. El hecho en sí de producir estos contenidos, es decir, grabarnos o fotografiarnos a nosotros mismos, es responsabilidad de cada uno (independientemente de que seamos menores o adultos), pero debemos recordar que existen riesgos importantes, y si aparecen menores, la difusión o la posesión de este tipo de contenidos no están permitidas y tienen consecuencias legales, pudiendo constituir diferentes delitos.

    Por todo ello, es necesario valorar la gravedad y los riesgos de esta petición, y nunca aceptar precipitadamente:

    • Valora y cuida tu privacidad. Tu cuerpo y tu sexualidad no son moneda de cambio. Nadie puede exigirte este tipo de contenidos, no importa si es una persona de confianza, tu pareja o un desconocido. No te obligues a aceptar algo con lo que no te sientes a gusto, o que supone un riesgo para ti. Decir NO siempre es una opción válida.
    • Todos debemos conocer los riesgos. Una vez enviada una imagen o vídeo a través de Internet, perdemos el control. Nunca podremos estar seguros de qué hará el receptor con esos contenidos, si los difundirá o los compartirá, o si acabarán en manos de personas malintencionadas. En ocasiones, estas imágenes o vídeos pueden usarse para hacernos extorsión y chantaje, a cambio de dinero, de más imágenes y vídeos, e incluso de favores o encuentros sexuales bajo la amenaza de difundir las imágenes o vídeos originales. El objetivo en muchos casos es conseguir material para redes de abuso sexual a menores. Recuerda que hay delincuentes especializados en conseguir este tipo de contenidos a base de engaños o perfiles falsos.
    • Tu pareja debe entender la importancia de estos riesgos antes de pedirte este tipo de imágenes. Además, la persona que solicita este tipo de contenidos debe saber que está cometiendo en un delito. Explícale tus motivos para no querer hacerlo y defiende tu postura.
    • Si un desconocido, o alguien que no conocemos en persona, contacta con nosotros a través de una red social para hacernos esta petición o en otras plataformas de Internet (páginas web, foros, juegos) debemos reportar la situación y bloquear al usuario. Podemos informarnos sobre cómo actuar en los “centros de seguridad” de las redes sociales o contactando con los administradores del servicio.
    • Si esto no es suficiente y la persona sigue insistiendo, debemos acudir a los cuerpos policiales (Policía Nacional, Guardia Civil, Policías Autonómicas y Locales) o a la Fiscalía de Menores para denunciar el acoso, evitando así que pueda molestar o captar a otros menores.

¿Cómo puedo denunciar un mensaje ofensivo o bloquear un usuario en Internet?

Mensajes, comentarios, fotos o vídeos ofensivos

Si hemos recibido un mensaje ofensivo, o alguien publica un comentario, foto o vídeo que nos resulta molesto, podemos contactar con la persona que lo ha enviado (y/o sus padres) y pedirle que lo elimine, e incluso solicitar la mediación del centro educativo para resolver el conflicto.

Si esto no es suficiente, podemos acudir a las opciones de reporte que ofrecen las redes sociales y las herramientas de mensajería instantánea para cada publicación. La mayoría de ellas facilitan que puedas eliminar y denunciar esos contenidos ofensivos. Para ello, hay que hacer clic en las opciones de la publicación, seleccionar reportar o denunciar, y marcar la opción que mejor describa el problema.

Personas que están molestando a un menor

Si conocemos a la persona que le está molestando, podemos intentar hablar con ella (y/o sus padres), e incluso solicitar la mediación del centro educativo para pedirle que deje de molestarnos y borre nuestros datos de contacto (número de teléfono, correo electrónico o usuario de redes sociales).

Si esto no es así, o no se resuelve el problema, podemos acudir a las opciones de bloqueo y reporte que ofrecen las redes sociales y las herramientas de mensajería instantánea:

  1. Bloquear el contacto, para que no pueda ponerse en contacto con nosotros.
  2. Borrarle como contacto, para no ponernos en contacto con esa persona.
  3. Reportar el usuario, para que los administradores de la plataforma suspendan o borren su cuenta si ha incumplido las condiciones del servicio (por ejemplo insultar o hacerse pasar por otra persona no suele estar permitido).

 

Infografía sobre cómo actuar si alguien me molesta en Internet

 

¿Cómo utilizar los centros de seguridad de las redes sociales?

Además de los “centros de seguridad”, podemos consultar los vídeos explicativos de la Agencia Española de Protección de Datos y la Oficina de Seguridad del Internauta para obtener información detallada sobre las configuraciones de privacidad en cada aplicación:

Si la situación se repite o consideramos que escapa a nuestro control, es necesario acudir a los cuerpos de seguridad para informar acerca de la situación y proceder según sus indicaciones. En estos casos, es importante guardar capturas de pantalla o el historial de mensajes como pruebas a la hora de denunciar.

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¿Cómo puedo guardar las pruebas del problema que estoy sufriendo en Internet?

Si hemos recibido un mensaje ofensivo, o alguien publica un comentario, foto o vídeo que nos resulta molesto, y queremos denunciarlo o comentarlo con otra persona, por ejemplo en el centro educativo, puede ser muy útil aportar pruebas o evidencias.

Para ello, puedes guardar capturas de pantalla de aquello que te ha resultado molesto, ya sea en el ordenador, la tablet o el móvil. Cada dispositivo tiene una combinación de teclas específica para esta función, que aparece en las instrucciones del modelo. Habitualmente en los dispositivos Android se consigue manteniendo pulsadas simultáneamente la tecla “bajar volumen” y la de “bloqueo”, si tenemos un iPhone o un iPad debemos pulsar “Inicio” y “bloqueo”. En el ordenador, para imprimir pantalla debemos utilizar la tecla “Imp Pant” o “Prt Scr” (del inglés Print screen), para después pegar la captura en un documento (en Word por ejemplo) y guardarlo. Ante los casos más graves, puedes apoyarte en herramientas como eGarante, para que estas pruebas tengan mayor validez legal.

En cualquier caso, si ya hemos contactado con los cuerpos de seguridad o denunciado una situación, debemos proceder según sus indicaciones, ya que ellos pueden orientarnos sobre la mejor manera de actuar para no interferir en su investigación.

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