Lo vendía por 400€, me pagan 600€ y tenía que devolver 200€

Fecha de publicación 21/06/2017
Lo vendía por 400€, me pagan 600€ y tenía que devolver 200€

En una tranquila mañana de sábado nuestro protagonista, Santi, se encontraba haciendo una limpieza a fondo de su trastero. Demasiadas cosas almacenadas durante los últimos años habían mermado su capacidad de espacio para guardar elementos cotidianos como las bicis, ropa de verano o invierno, calzado, etc. No tardó mucho en descubrir que aún conservaba una vieja videoconsola Sega Megadrive, muy conocida en su época, junto a su mando original, otro adicional y tres juegos. En ese momento se le ocurrió que quizás podría sacar un dinerillo extra si conseguía venderla en alguna de las plataformas de ventas de segunda mano que hay en Internet.

Tras realizar un tanteo, basándose en las recomendaciones que se ofrecen desde la OSI en cuanto a tiendas online seguras, decidió que el portal de Vibbo se ajustaba a lo que buscaba.

Transcurridos pocos días, un usuario, ciudadano del Reino Unido, se interesó en su producto, solicitando a nuestro protagonista un número de WhatsApp para  así agilizar las conversaciones a fin de llegar a una serie de acuerdos. El supuesto comprador, con apariencia de ciudadano normal exento de sospechas iniciales para Santi, le solicitó a través de Whatsapp realizar el envío por correo exprés y realizar el pago mediante transferencia bancaria, indicándole que por favor no vendiera el producto a nadie más, ya que entendía que habían llegado a un acuerdo. 

Nuestro protagonista tenía muy claro que hasta no recibir el pago del producto no procedería a su envío, pero el comprador pretendía que Santi le enviara el número de seguimiento del paquete antes de realizar la trasferencia a través de su banco “Coust Global Bank”. A pesar de las reticencias de Santi, realizó el envío indicando al banco del comprador el número de seguimiento del envío del pedido.

Imagen de orden de transferencia a CoutsGlobal Bank Online

Poco después, el banco envió a Santi un email confirmando la orden de trasferencia de su cliente, con un importe de 400€, gastos incluidos.

Tres días después, Santi recibió otros dos correos del banco. En el primero le indicaban que ya habían confirmado el número de paquete y que la trasferencia se realizaría de inmediato. Pero en el segundo email le indicaban que el importe de la trasferencia no podía ser menor a 600 € por tratarse de una trasferencia internacional a España, por lo que si querían seguir adelante con la venta, Santi debía realizar un envío de 200€ vía Western Union o Moneygram como compensación de los 600€ que debían enviarse como importe mínimo de la trasferencia.

Imagen de problema con envíos inferiores a 600€

Nuestro protagonista, muy extrañado, se puso en contacto con el comprador, al cual indicó que debería enviar primero él los 600€, y posteriormente ya le devolvería los 200€ que había de diferencia. Estaba un poco nervioso, ya que el paquete se había enviado y aún no había recibido el importe en su cuenta. Pero el supuesto comprador tenía otros planes, pretendía que Santi enviara primero los 200€...

A estas alturas de la película, ante unas sospechas tan evidentes de estafa, Santi le indicó que no realizaría ninguno envío de dinero, y que si había tanto problema, realizara el envío de los 400€ mediante un giro postal. La desesperación del estafador por ganar su confianza fue tal que modificó su forma de pago, intentando que Santi aportara 100€ y este otros cien, de tal manera que una vez realizada la transferencia de los 600€, Santi devolvería cien, lo que levantó más sospechas aún de fraude.

Dadas las circunstancias, nuestro protagonista ya fue plenamente consciente que se trataba de un engaño bien planificado, cuyo objetivo era quedarse tanto con el producto como con el dinero de la víctima. Así pues, nuestro protagonista se dirigió a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a interponer la pertinente denuncia junto con toda la información que disponía: emails, conversaciones, etc.

Y, ¿cómo acaba la historia? Aún se sigue en la investigación y nuestro protagonista se mantiene a la espera para saber cuál será el resultado de este intento de estafa. Lo que sí le ha quedado claro es que, tal y como hemos aconsejado en varios artículos de la OSI, hay que tener en cuenta una serie de consideraciones antes de vender artículos por Intenet:

  1. Sospechar si piden pagos por adelantado bajo cualquier pretexto como el detallado en este caso: abonar por adelantado a través de Western Union la diferencia de dinero para compensar los costes totales de una transferencia con un importe superior al producto vendido.
  2. Siempre realizar alguna pequeña investigación en Internet. Busca información en Google del correo electrónico del cliente, contenido de los mensajes, etc., ya que en muchas ocasiones se pueden encontrar cientos de usuarios víctimas de un fraude similar o incluso de esas mismas credenciales.
  3. Ubicación del comprador. Que se den explicaciones necesarias sobre si son de un sitio pero viven en otro país por la razón X…
  4. Si el comprador insiste sobremanera en comprar el artículo, aun indicando que no se le garantiza la devolución del dinero es síntoma de sospecha.
  5. Recepción de un email de un supuesto banco u otra entidad que hará funciones de intermediario.

Y tú, ¿has sido víctima de un caso similar al detallado en esta historia real? Anímate y compártelo con el resto de usuarios.