Pongamos en práctica la ciberhigiene

Fecha de publicación 03/10/2018
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Conocemos y tenemos claro que la higiene es un término que relaciona la limpieza y el aseo personal rutinario, para prevenir enfermedades que afectan a nuestra salud. Es un hábito que tenemos por rutina en nuestra vida y si lo trasladamos al mundo de la ciberseguridad, nos encontramos con una definición muy similar: los usuarios de Intenet debemos tomar ciertas medidas rutinarias de ciberlimpieza para mantenernos protegidos de las amenazas y riesgos que existen en el ciberespacio.

Hoy en día, nos mantenemos conectados las 24 horas y como consecuencia estamos expuestos todo el tiempo a los riesgos que existen en la red. Para evitar ser infectados, debemos adoptar unos hábitos de ciberhigiene, es decir, unas sencillas prácticas que nos ayudarán a evitar ser víctimas de los ciberdelincuentes si las cumplimos en nuestro día a día.

Buenos hábitos de ciberhigiene

sesiones abiertas en Google

Sesiones iniciadas de Facebook

sesiones abiertas en Google

Sesiones iniciadas de Google

 

  1. Mantener nuestros dispositivos, como el ordenador, la tablet o el móvil, protegidos con un antivirus y disponer de software actualizado para evitar que se ejecute automáticamente cualquier código malicioso, debido a una vulnerabilidad o un descuido a la hora de navegar por la red.
  2. Proteger nuestro correo electrónico de posibles ataques como phishing, SPAM o archivos adjuntos maliciosos. Por ello, siempre que facilitemos nuestro correo electrónico, debemos conocer el uso que se le va a dar al mismo y leer los términos y condiciones o la letra pequeña que aparece en el formulario de inscripción. Esto es porque muchas veces la información del formulario se usa para formar parte de una base de datos con datos que se venden a terceros con fines desconocidos.
  3. Renovar cada cierto tiempo las contraseñas que dan acceso a nuestras cuentas. En ocasiones accedemos a servicios online desde dispositivos que no son de nuestra confianza y dejamos por descuido la sesión iniciada, facilitando el acceso a nuestra privacidad a cualquier persona que use el dispositivo.
  4. Revisar los dispositivos desde donde hemos iniciado sesión en servicios como redes sociales o el email puede ser útil para mantener bajo control nuestra privacidad. Podemos cerrar cualquier sesión que tengamos abierta con un solo clic.
  5. Eliminar o dar de baja los perfiles de servicios que ya no utilicemos. Evitaremos que la información que facilitamos en su día, por ejemplo datos personales, se siga utilizando en la actualidad, por ejemplo, para fines publicitarios o cesión a otras empresas.
  6. Realizar copias de seguridad de manera periódica de nuestros documentos, fotos y vídeos nos evitará llevarnos un disgusto si nuestros dispositivos sufren cualquier percance como un robo, una pérdida o un fallo de hardware. Incluso es recomendable también realizar copias de seguridad de nuestras copias de seguridad cuando disponemos de un volumen elevado de información que no nos gustaría perder bajo ningún concepto.
  7. Practicar egosurfing haciendo uso de un buscador para comprobar si algún dato personal nuestro está publicado en Internet. Si fuera necesario, podemos ejercer nuestro derecho al olvido para desvincular esa información de los motores de búsqueda.
  8. Borrar el historial del navegador en caso de tener la necesidad de utilizar un dispositivo de uso público para que no conozcan otros usuarios las páginas que hemos visitado durante nuestra navegación.
  9. Echar un vistazo a las aplicaciones instaladas en nuestros dispositivos y eliminar todas aquellas que no estemos utilizando o se traten de versiones no actualizadas u obsoletas. Conseguiremos liberar espacio en memoria, y lo que es más importante, evitar que nuestros datos estén expuestos por posibles riesgos de seguridad no corregidos en dichas aplicaciones.
  10. Revisar las redes wifi a las que nos hemos ido conectando con el paso del tiempo y eliminar todas aquellas que ya no utilicemos, especialmente las de sitios públicos. Evitaremos, por ejemplo, que cada vez que nuestro dispositivo detecte una red wifi con el mismo nombre, intente conectarse automáticamente ya que podría de tratarse de una red wifi maliciosa.

Con estos sencillos hábitos de higiene digital reduciremos el riesgo de ser atacados y evitaremos perder el control de nuestro datos e información personal.

Y tú, ¿conocías este término? ¿Crees que estos hábitos son útiles en nuestra vida diaria? Comparte tu opinión dejando un comentario.