Descubre qué es el hacking ético

Fecha de publicación 06/10/2023
Hacking ético

La digitalización ha hecho posible que estemos más interconectados que nunca. Tanto empresas como administraciones están digitalizando sus procesos y servicios, mientras que los usuarios hacen uso de la tecnología de manera cada vez más habitual, convirtiéndose en un aspecto básico e incluso imprescindible en el día a día. Como resultado, nuestros datos personales se almacenan en distintas plataformas digitales: en nuestro navegador, en las bases de datos de las tiendas donde compramos, en nuestro banco o en nuestra empresa.

De esta manera, nuestra información se encuentra expuesta a distintas amenazas propias de los entornos digitales. La ciberdelincuencia representa una de estas amenazas. Nuestros datos tienen un valor, lo que es aprovechado por los atacantes para vulnerar los sistemas de organizaciones gracias a sus conocimientos informáticos. Ante esta situación, surge la necesidad de mejorar las defensas de estos sistemas y la prevención de incidentes de seguridad. Una de las herramientas para ello, consiste en poner a prueba los sistemas de defensa a través de las técnicas que utilizan los propios ciberdelincuentes. Esta área de trabajo se denomina hacking ético.

¿Qué es el hacking ético?

Los profesionales que llevan a cabo este tipo de prácticas son los hackers éticos o de sombrero blanco, por oposición a los hackers de sombrero negro o crackers, que son los ciberdelincuentes. Pero ¿qué es lo que los diferencia realmente?

El objetivo de los hackers de sombrero negro consiste en vulnerar los sistemas de usuarios y organizaciones para bloquearlos o robar sus datos, todo ello con fines lucrativos. En cambio, los hackers éticos son profesionales contratados para realizar estos mismos ciberataques, a fin de detectar las debilidades del sistema, y así poder corregirlos. Los ataques se llevan a cabo de manera controlada, es decir:

  • garantizando que los datos de las partes implicadas no se vean comprometidas;

  • en línea con lo anterior, habiendo firmado un compromiso de confidencialidad;

  • siempre bajo el permiso y conocimiento de la organización, así como de los límites legales.

Como comentábamos anteriormente, el uso de las tecnologías es cada vez más habitual, y contribuye positivamente en el desarrollo económico y social de la sociedad. Sin embargo, aunque los esfuerzos por mejorar la protección de los datos siguen en aumento, los ciberataques son cada vez más y más sofisticados.

Por ello, el perfil del hacker ético se ha convertido en una figura muy valorada, y cada vez son más empresas las que se deciden apostar por este tipo de servicios. De este modo, el hacking ético representa un sector interesante desde el punto de vista laboral, y ofrece grandes oportunidades de desarrollo profesional.

Entonces ¿cómo puedo convertirme en un hacker ético?

No existe un camino específico o preferente para convertirse en hacker ético. Las formaciones regladas en ciberseguridad como los Grados Superiores, Grados Universitarios y Másteres incluyen en su programa este tipo de contenido con mayor o menor nivel de profundidad.

Asimismo, también hay una amplia oferta formativa no reglada que provee de conocimientos y herramientas, además de un gran número de recursos en la Red para aprender por cuenta propia o complementariamente a las opciones anteriores. En este sentido, es importante tener presente que tanto el uso como el aprendizaje de estas prácticas se han de llevar a cabo siempre dentro de los límites de la legalidad.

Como ventaja, las formaciones regladas permiten acreditar tus conocimientos en el área. No obstante, hay certificaciones específicas en Ethical Hacking que son muy valoradas por las empresas y pueden certificar tu nivel de especialización. Por lo general, para adquirir una certificación es necesario superar una prueba donde deberás demostrar tus conocimientos y destrezas.

Por otra parte, los hackers éticos han de contar con una serie de habilidades personales o soft skills para desempeñar su trabajo de manera óptima. Entre ellas, destacan:

  • Capacidades comunicativas e interpersonales. Ejercer como hacker ético implica colaborar con otros profesionales que a menudo no tendrán conocimientos técnicos en ciberseguridad. Por tanto, la empatía, el trabajo en equipo, y cualquier otra habilidad comunicativa pueden ayudar a desarrollar su labor con mayor éxito.

  • Pensamiento creativo. El fin del hacker ético consiste en conocer las estrategias de los ciberdelincuentes para reproducirlas y así detectar brechas de seguridad, pero también incluye adelantarse a sus pasos, innovando y descubriendo nuevos vectores que podrían ser objeto de ataque. Para ello, innovar con nuevas técnicas y procedimientos supone un valor añadido.

  • Curiosidad y mejora continua. Como sucede en otras áreas de la ciberseguridad, el desarrollo constante de nuevas tecnologías y amenazas exige una continua actualización y práctica. Por tanto, estar al tanto de las nuevas herramientas y estrategias de ataque resulta imprescindible.

Estas competencias se pueden desarrollar e impulsar con el tiempo y la práctica, por lo que si el ámbito del hacking ético te interesa y crees que tendrías que mejorar alguna de estas habilidades, la formación y los recursos disponibles te servirán de ayuda.

Como hemos visto, con la formación y dedicación adecuada, es posible convertirse en un hacker ético. Este es un sector en crecimiento, por lo que, tanto si ya cuentas con formación en ciberseguridad, como si te estás planteando reorientar tu carrera, aquí encontrarás un espacio de oportunidades para tu desarrollo profesional y laboral.

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