Frente al sexting, ofrece a tus hijos/as la información que necesitan

Fecha de publicación 22/06/2020
Imagen decorativa frente al sexting, ofrece a tus hijos/as la información que necesitan

Cuando hablamos de los problemas que afectan a los adolescentes, algunos nos resultan más complejos de tratar que otros. El sexting, sin duda, no es de los más sencillos. A pesar de ello, a nivel familiar tenemos que procurar incluirlo dentro de nuestra labor de prevención.

Al igual que otros aspectos relacionados con el desarrollo de la sexualidad de nuestros hijos/as, hablar de sexting puede parecernos un obstáculo insuperable al principio. Lo que debemos tener claro es que, aunque sea difícil o controvertido, es un tema que no podemos ignorar ni dejar para más adelante.

El sexting entre adolescentes

Una primera consideración a tener en cuenta es que no todos los adolescentes practican sexting. Además, no todos los que lo hacen lo llevan a cabo de la misma manera. Es cierto que es una práctica extendida, pero este tipo de conductas no se deben generalizar ni juzgar a la ligera. Lo esencial es que, como adultos, asumamos que cualquier adolescente puede llegar a plantearse enviar imágenes, vídeos o mensajes con connotación sexual a su pareja o a otra persona. Es una forma más de ‘flirtear’, y en el caso de los adolescentes, es natural que se animen a experimentar y romper límites a la hora de relacionarse con otras personas.

Antes de la existencia de Internet algunas parejas enviaban cartas subidas de tono o guardaban una fotografía impresa de la otra persona en una postura sexy. Todo esto, hoy en día, nos puede parecer más inofensivo, pero en su momento, cualquier padre o madre se habría alarmado al descubrirlo. El objetivo del sexting es el mismo, simplemente evoluciona el medio por el que se comunican.

Por supuesto no existe un perfil de adolescente con mayor tendencia a este tipo de prácticas. Cualquiera, aunque no lo parezca, puede llegar a practicar sexting. En esta etapa, precisamente, los menores pueden ser imprevisibles e impulsivos, produciéndose cambios inesperados en su conducta. Según los últimos datos del informe EU Kids Online 2020, uno de cada diez menores europeos de entre 15 y 16 años afirma enviar mensajes con connotación sexual.. La cuestión es que, de un día para otro, puede surgir un enamoramiento o una nueva relación que les haga plantearse estas conductas; por ello, la prevención es imprescindible en todos los casos.

Prevenir esta práctica está en sus manos

Cuando surja la decisión de enviar o no esa imagen íntima a la persona que les atrae, solo ellos tendrán el poder de decidir. Por eso, tenemos que plantear la prevención desde la información previa, con argumentos críticos y razonables como la facilidad de perder el control sobre la imagen o el vídeo, la posibilidad de perder el móvil, que lo roben o incluso la duración de la relación con la persona a la que se le ha enviado la imagen. El objetivo es que sean los propios jóvenes los que tomen la decisión de no producir, enviar, difundir y almacenar este tipo de contenidos.

A nivel familiar, lo ideal es comenzar a trabajar estas temáticas desde edades tempranas, fomentando la capacidad de crítica, la autoestima, el respeto por uno mismo y los valores sobre los que cimentar una relación saludable. A partir de ahí, podremos reflexionar con ellos sobre los motivos para no practicar sexting, debido a las consecuencias graves que puede acarrear.

A menudo, al compartir este tipo de contenidos no son conscientes de su repercusión, que puede ir desde un daño emocional o psicológico si la imagen o el vídeo llega a difundirse, hasta implicaciones legales por haber difundido o almacenado en su móvil imágenes íntimas de otro menor de edad. Además, el simple hecho de compartir una imagen de estas características les generará sentimientos de ansiedad, duda o desconfianza, ya que nunca podrán sentirse totalmente seguros de que la otra persona no la vaya a utilizar en su contra, o incluso puedan chantajearles con hacerla pública. La realidad es que este tipo de contenidos, una vez compartidos, no se pueden controlar o recuperar fácilmente.

En definitiva, se trata de tener presente que, cuando hablamos de prevenir el sexting, no nos referimos solo a evitar que produzcan y envíen contenidos íntimos, sino también que no los difundan cuando los reciban y los eliminen.

Imagen adolescente preocupada por el sexting mirando el móvil

Se trata de un tema delicado, pero es fundamental habituarnos a conversar sobre ello, tanto jóvenes como adultos. A medida que avancemos, se tornará más natural y estaremos generando una relación de confianza muy valiosa en caso de llegar a surgir problemas.

Para conocer mejor cómo abordar este tema, tendremos a nuestra disposición recursos socioeducativos en los que apoyarnos si lo necesitamos, como la “Guía de mediación parental”, los árboles de decisiones sobre temáticas de riesgo o la campaña ‘¡Di No!’ de Europol.

¿Es demasiado pronto o tarde para comenzar la prevención?

Nunca es demasiado pronto para crear una base de conocimiento sobre este y otros riesgos, la clave es adaptar la información que les trasmitimos y el lenguaje que utilizamos a su grado de madurez y comprensión. Por ejemplo, los niños más pequeños seguramente no van a comprender la presión que puede ejercer una persona que te atrae emocionalmente, pero sí pueden llegar a razonar por qué no es seguro mostrarse en una fotografía con poca ropa.

De forma progresiva, podemos ir incorporando información sobre los riesgos, las consecuencias y los daños que pueden derivarse de esta práctica. De esta forma, cuando llegue la adolescencia y se encuentren frente a una situación de riesgo, podrán tomar una decisión basada en todo lo aprendido.

Imagen madre e hija hablando juntas sobre sexting

No haber hecho esta prevención temprana en la infancia o la preadolescencia, nunca debe ser motivo para ‘tirar la toalla’. Cada conversación que mantengamos con nuestros hijos/as sobre los riesgos del sexting tendrá un valor formativo y facilitará una relación de confianza en caso de que tengan dudas.

Independientemente del momento en el que comencemos a hablar de ello, trabajar en la autoestima y los valores saludables de nuestros hijos/as les permitirá desarrollarse como personas sanas, respetuosas y críticas. Cada pequeña aportación basada en nuestra experiencia tiene una influencia en su forma de pensar y relacionarse con los demás.

Recuerda que tienes a tu disposición la Línea de Ayuda en Ciberseguridad de INCIBE, 017, para resolver cualquier cuestión sobre el sexting y sus riesgos, conocer cómo prevenirlo o los recursos que tenemos disponibles para trabajarlo en casa o en el aula.

En conclusión, el sexting no es un problema que debamos o podamos ignorar, todos los adolescentes pueden verse en la situación de decidir si lo practican o no. Es mejor que cuenten con nuestro consejo y nuestro apoyo previo, de manera que tengan en sus manos la información para saber decidir con responsabilidad cuando llegue el momento.