Madres, padres, profesores y sus grupos de WhatsApp

Fecha de publicación 27/04/2017

Los grupos de WhatsApp son muy habituales, también entre los profesores y las familias de los menores en edad escolar. Además de sus ventajas, todos debemos ser conscientes de sus riesgos para aprender a sacarles partido con seguridad y responsabilidad, ¿lo vemos juntos?

 

Grupos de WhatsApp con luces y ventajas…

Y es que esta herramienta resulta de gran ayuda en muchas facetas del día a día en toda la comunidad educativa. Permite generar alertas inmediatas dentro del equipo docente y mejorar su coordinación y sensación de cercanía. Se puede utilizar para dar recordatorios de reuniones, fechas tope para el cumplimiento de diversas tareas, para agilizar la generación de propuestas, su puesta en común y la toma de decisiones de cara a plantear actividades extracurriculares como excursiones o festivales, etc. Igualmente, pueden agilizar la comunicación con las familias y la resolución de dudas en la organización de actividades, horarios, necesidades de material, reuniones de padres y otros eventos escolares.

 

Nos permiten ser más equipo: más cercanos, eficientes y mejor coordinados

 

Además, conviene recordar que hay ocasiones en que además de una herramienta de mejora, se convierten casi en una necesidad. Por ejemplo, cuando hay profesores que pasan muy poco tiempo en el centro por tener contratos a tiempo parcial, por tener repartida su jornada entre distintos centros (itinerantes), o simplemente porque el centro está distribuido en varios edificios o incluso en varias localidades. Lo mismo sucede entre las familias, por ejemplo hay muchos padres y madres que por motivos laborales tienen muy complicado poder participar tanto en actividades escolares, como en reuniones informales a las puertas de los colegios.

 

Aunque también sombras y riesgos

El hecho de que se trate de grupos privados, cuyo contenido “teóricamente” no puede salir de allí, puede generar una falsa sensación de privacidad y seguridad. Ya se han dado casos en los que ha habido menciones inapropiadas e incluso despectivas de alumnos, padres, madres y profesores.

 

Mensajes “vacíos”, rumores y polémicas no ayudan al grupo

 

En otras ocasiones se utilizan para compartir mensajes que se desvían del propósito del grupo, que no es otro que coordinarnos o comunicarnos mejor. Los mensajes vacíos (por ejemplo 30 personas dando los buenos días), así como los rumores, cotilleos, o noticias polémicas sin aplicación en la realidad educativa del centro no ayudan y suponen pérdidas de tiempo y energías para otros miembros del grupo. Si llegan a saturarles, éstos pueden silenciar o ignorar los mensajes del grupo, o incluso abandonarlo con lo que éste perdería su utilidad ¿recordamos el cuento de “Pedro y el lobo”?

Padre preocupado al leer un mensaje de WhatsApp

De la misma manera, la creación de “subgrupos” o “grupos paralelos” puede contribuir a la polarización de opiniones y a una escalada en las críticas no constructivas. Esto, junto a la reducción del diálogo entre las partes puede acabar generando un ambiente de enfrentamiento, lastrando la convivencia y el buen trabajo del equipo.

Algunos padres cuando comparten fotos, quizás no sean del todo conscientes de que aunque se trate de eventos, festivales y otras actividades escolares, no participan solo sus hijos. Puede que algunas familias no estén de acuerdo en que otras personas tengan o compartan fotos de sus hijos. Recordemos que es necesario el permiso de quienes salen en una foto para poder publicarla o compartirla, y la autorización recogida por el centro cubre solo sus imágenes y no las tomadas por las familias.

 

¿Por qué tener cuidado con los grupos de WhatsApp?

Lo que comentamos con otra persona por WhatsApp es igual de privado que si lo comentamos cara a cara o por teléfono. Sin embargo, el problema en el uso de esta aplicación es doble: por un lado surgen dudas cuando participan en un grupo decenas de personas… ¿sigue siendo igual de privada su conversación de WhatsApp?, y por otro, lo escrito en WhatsApp escrito queda… y no es muy difícil que pueda acabar llegando a otras personas con las que no se contaba inicialmente.

 

Lo escrito en WhatsApp, escrito queda… y puede acabar llegando a otras personas

 

Y es que no nos tenemos que poner en casos extremos de películas de espías… Perder el control de un mensaje o una foto es tan sencillo como crearlo o compartirlo con otra persona: esa persona lo puede difundir, o simplemente alguno de los dos puede perder el móvil, se lo pueden robar, se les puede estropear y acudir a un técnico poco profesional, se lo pueden dejar desbloqueado encima de una mesa un momento…

Por ejemplo, en el conocido caso del grupo de WhatsApp de un colegio de Madrid, fueron detenidos dos profesores por un delito de revelación de secretos al filtrar las conversaciones del mismo y difundirlas por la localidad. Los mensajes filtrados provocaron una situación de gran malestar en el pueblo, supusieron la apertura de expedientes disciplinarios contra siete de los docentes y la suspensión de funciones de su directora. Además, no debemos olvidar que esos mensajes podrían haber sido objeto de procesos penales por posibles delitos de injurias, calumnias o acoso.

Imagen observando el móvil

Evidentemente la misma reflexión aplica a padres y madres. Recientemente hemos visto en Vigo a la madre de un alumno ante los tribunales por un delito de calumnias contra una profesora a través de un grupo de WhatsApp de familias.

 

En resumen, es buena idea…

  • Utilizar los grupos de WhatsApp con un propósito educativo, sin desviarse de su objetivo y sin sustituir a los medios habituales para comunicaciones oficiales.
  • Siempre con el máximo respeto y responsabilidad (palabras mágicas como por favor y gracias nunca están de más).
  • Si alguien decide abandonar el grupo no pasa nada (no tiene por qué estar en contra de nadie).
  • En Internet es fácil caer en malentendidos por falta de información contextual o de lenguaje no verbal, así que mejor sin bromas, ironías, ni dobles sentidos y ¡cuidado con los emoticonos! J
  • Evitar las respuestas en caliente o sin información contrastada (¿no podemos esperar unas horas?). Cuando hay un conflicto personal con un menor, su familia o un profesor, se debe tratar en persona con los implicados (quejarse por WhatsApp sin una reflexión previa puede agravar el problema, generar mal ambiente, desconfianza y propiciar una reacción en cadena que derive en nuevos conflictos).

 

Siempre con el máximo respeto y responsabilidad

 

Para terminar, decir que los profesores podemos ayudar a las familias a hacer un mejor uso de esta herramienta, hablando sobre la manera de gestionar los asuntos escolares y compartiendo juntos unas pautas sobre el buen uso del WhatsApp para sacarle partido sin problemas. Además, también les puede resultar interesante conocer las opciones de privacidad y seguridad en WhatsApp. Si también potenciamos las reuniones presenciales o herramientas profesionales como el correo electrónico educativo o las aplicaciones de gestión educativa, mejor que mejor.

 

¿Qué tal está siendo vuestra experiencia con los grupos de WhatsApp?, animaros a poner un comentario y compartirla con la comunidad de familias y educadores de IS4K.