Promoviendo la ciberconvivencia en tu centro educativo

Fecha de publicación 16/11/2022
Promoviendo la ciberconvivencia en tu centro educativo

En el ámbito de la educación ya estamos familiarizados con el concepto de la convivencia escolar, por ejemplo al hablar sobre la prevención o reacción ante problemas como el acoso o bullying. Sin embargo, es posible que no nos resulte tan inmediato el de la ciberconvivencia, que se extiende en relación al uso de Internet.

La generalización del uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), en el día a día del alumnado, ha traído consigo oportunidades, pero también ha ampliado la perspectiva de las problemáticas de convivencia. Ahora, o bien se originan en Internet, o bien se inician en persona pero se extienden fácil y rápidamente al ámbito digital. Además, pueden presentar otras repercusiones, debido a las características de la comunicación a través de Internet (la inmediatez, viralidad, desinhibición, sensación de anonimato, etc.).

Conviene además tener en cuenta las novedades normativas en este contexto, fundamentalmente con el desarrollo de la figura de la persona coordinadora de bienestar y protección en los centros educativos, partiendo de la legislación educativa, y con mayor concreción en la de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia.

¿Qué entendemos por ciberconvivencia?

En un sentido amplio, pensamos en la relación del uso de las TIC con la convivencia escolar, valorando tanto su influencia en positivo en:

  • Las relaciones entre estudiantes.
  • Nuevas vías de comunicación, especialmente para personas con necesidades específicas.
  • El bienestar del alumnado.
  • Las relaciones con el personal docente.
  • La implicación de las familias.
  • El respeto y la comunicación asertiva en línea.

Como sus riesgos asociados:

  • Violencia puntual online (humillaciones, burlas, amenazas, chantajes, etc.).
  • Discriminación y aislamiento en línea, discursos de odio, ciberacoso, etc.
  • Difusión no consentida de información privada, de contenidos sexuales o dañinos.
  • Contactos engañosos de carácter sexual (grooming, abuso y explotación en línea).
  • Comunidades peligrosas (anorexia, bulimia, violencia, autolesión, etc.).

Las recomendaciones para trabajar la ciberconvivencia en los centros educativos

Recientemente, el Observatorio Estatal de la Convivencia Escolar ha aprobado unas recomendaciones para trabajar la ciberconvivencia en los centros educativos. Se trata de una herramienta diseñada con el propósito de resultar sencilla y útil. Junto a cada recomendación, se indican una serie de ideas prácticas para la aplicación en el centro educativo, y se facilitan enlaces para ampliar la información, y con recursos de apoyo.

El documento se estructura en nueve bloques:

  • A. Marco normativo del centro.
    Más allá de requisitos legales, incluir aspectos relacionados con Internet y la ciberconvivencia para orientar la acción educadora y mejorar el clima de centro.
  • B. Iniciativas en el ámbito de la gestión del centro y de la convivencia.
    Los equipos directivos y el coordinador/a de convivencia y bienestar pueden impulsar iniciativas de apoyo a la ciberconvivencia escolar.
  • C. Iniciativas en relación con el personal del centro educativo.
    El papel clave de los equipos docentes, de acción tutorial, de administración y servicios, para la mejora de la ciberconvivencia escolar.
  • D. Iniciativas en relación con el alumnado.
    Niños, niñas y adolescentes son los auténticos protagonistas de la convivencia y ciberconvivencia escolar. La diversidad del alumnado es una fuente de enriquecimiento, respeto y valoración positiva de las diferencias.
  • E. Iniciativas en relación con las familias.
    La colaboración entre familia y escuela es esencial para alinear la tarea educativa, compartir información e inquietudes, y apoyar al alumnado.
  • F. Formación para la ciberconvivencia.
    La formación de alumnado y profesorado es fundamental para la mejora de la ciberconvivencia escolar.
  • G. Iniciativas para la detección de posibles conflictos.
    Una de las claves para la buena gestión de los conflictos es detectarlos con la mayor antelación posible.
  • H. Intervención en situaciones conflictivas.
    Cuando surge un conflicto de ciberconvivencia escolar se ha de tratar de la mejor manera posible para reconducirlo, solucionarlo y evitar nuevos conflictos relacionados.
  • I. Las administraciones educativas y locales.
    La convivencia y ciberconvivencia en el entorno educativo debe ser impulsada desde las administraciones educativas y locales.

E incorpora ideas para la aplicación en los centros educativos, como por ejemplo:

  Asegúrate de que en tu protocolo contra el acoso escolar se incluye la prevención de acciones que pueden causar daño a través de Internet.

[Coordinador/a de convivencia y coordinador/a de bienestar y protección] Si no estás cómodo/a en la Red, trabaja con alguien que sí lo esté para entender y abordar mejor la ciberconvivencia.

Pon en las clases o zonas de paso un resumen visual de protocolos (personas con las que contactar, cómo actuar…), y teléfonos de ayuda, valorando la utilización de la lectura fácil o pictogramas, al objeto de que todo el alumnado, también los de grupos con riesgo de vulnerabilidad, puedan acceder a esa información.

Valora el tratamiento de las características de la comunicación en línea desde las perspectivas de tutoría, área de lengua y de TIC.

Trabaja el respeto, la empatía, las consecuencias, para acercarse al daño que sufren las personas víctimas en una situación de conflicto.

La ciberconvivencia en tu centro: tu responsabilidad, la de todos/as

Es importante hacernos conscientes que, al igual que en la convivencia escolar, la ciberconvivencia no es solo tarea del equipo directivo, o de la persona coordinadora de convivencia, o de bienestar y protección. Cada docente es un/a modelo a seguir para su alumnado. Su implicación es fundamental para generar dinámicas positivas y respetuosas dentro del aula, y también en su comunicación a través de Internet.

De la misma manera, la detección temprana de posibles conflictos ayuda a resolverlos más rápidamente, evitando que se agraven innecesariamente. Y esto es independiente de que se hayan originado en la clase, en el patio, o en Internet. Si afectan a nuestro alumnado, también nos afectan junto con ellos y ellas en el aula.

Esto no significa que estemos solos ante la promoción de la ciberconvivencia, o la gestión de un conflicto. Siempre vamos a contar con el apoyo de nuestros compañeros/as, las personas coordinadoras de convivencia y de bienestar y protección, los servicios de convivencia de las administraciones educativas, e incluso podemos contar con servicios como Tu Ayuda en Ciberseguridad de INCIBE a través del teléfono 017, WhatsApp (900 116 117) o Telegram (@INCIBE017).

¿Cómo se hizo? El resultado de un esfuerzo compartido

Dichas recomendaciones son el principal resultado del grupo de trabajo sobre ciberconvivencia, constituido dentro del Observatorio Estatal de la Convivencia Escolar, con el liderazgo del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) y la Subdirección General de Cooperación Territorial e Innovación Educativa (SGCTIE) del Ministerio de Educación y Formación Profesional.

En dicho grupo han participado diferentes agentes y perfiles profesionales de la comunidad educativa, tanto de las administraciones educativas, entidades sindicales, asociaciones de familias, de centros de enseñanza, y otros agentes públicos, además de otras personas expertas que han contribuido de manera independiente.