Una tutoría diferente: hablemos con los alumnos de sexting, ciberbullying y grooming
¿La planificación de las tutorías de este curso incluye trabajar los problemas en Internet? ¿No sabemos por dónde empezar? ¿Queremos hacer una sesión diferente? Os damos algunos consejos prácticos sobre cómo abordar estas temáticas y conseguir llamar la atención de nuestros alumnos y alumnas.
«Los chavales ya lo saben todo». Esa es la respuesta habitual cuando planteamos la idea de tratar temas como ciberbullying, sexting, grooming o cualquier otro riesgo de Internet. Pero no, no lo saben todo, aunque muchas veces sí están saturados de recibir la misma información teórica sobre qué hay en Internet y qué deben hacer para prevenir determinados riesgos. Por supuesto, es necesario que reciban esa información, pero para que ésta sea efectiva y cale en los alumnos debe complementarse con actividades prácticas y una dosis de realidad.
Sin paños calientes: la prevención empieza por saber la verdad
Al trabajar temas como éstos con los menores, a menudo tendemos a suavizar las consecuencias, o incluso evitarlas, porque nos parecen graves, violentas o difíciles de comprender. Pero lo cierto es que mostrar qué ocurre cuando no hacemos un uso seguro o adecuado de Internet es fundamental para aprender a actuar de forma responsable. La respuesta de «mejor no darles más ideas» no es válida: las ideas ya están en Internet y los menores tienen acceso a ellas. El objetivo es que desarrollen su capacidad crítica para enfrentarse y gestionar correctamente esos riesgos.
Evidentemente, debemos valorar la edad de los alumnos y su capacidad de comprensión y madurez a la hora de elegir o adaptar los contenidos y planificar la tutoría. No sólo por no proponer un contenido demasiado complejo o duro para ellos, si no también no caer en el error de que sea demasiado infantil o cándido, y no se ajuste a la realidad que los menores sí son capaces de asumir.
Los contenidos deben ajustarse a la realidad que los menores sí son capaces de asumir
Al tratarse de problemáticas actuales, hay que extremar la precaución al trabajarlas en el aula, tanto por estar al corriente de posibles casos que existan en el grupo como por la sospecha de que pueda haberlos. Lo cierto es que esta circunstancia no debe desmotivarnos para hablar de estos temas con el alumnado, si no al contrario: es necesario hacerles reflexionar.
Introducir el tema y romper el hielo
No vamos a proponeros un chiste, eso lo dejamos para las conferencias. Principalmente porque con los alumnos vamos a necesitar algo más para llamar su atención. La idea es trabajar estos temas desde una perspectiva diferente y atractiva para ellos.
Empezar con contenido multimedia y sobre todo, actual, siempre es buena opción. Tanto a los jóvenes como a los más pequeños, les seduce cualquier oportunidad de salirse de su rutina escolar y más cuando utilizamos medios que les son conocidos o llamativos.
Podemos utilizar noticias de actualidad impactantes, que no dejan de aparecer en los periódicos y aportan un punto de realidad, como por ejemplo un caso de grooming a través de Facebook o una situación de ciberacoso grave. Las películas, documentales y campañas educativas en formato de vídeo que abordan estas temáticas son cada vez más accesibles, y pueden ser muy prácticas a la hora de introducir cuestiones complejas o socialmente incómodas, como qué motivaciones puede tener un menor para hacer sexting, o qué siente en la intimidad una víctima de ciberacoso.
Sus series favoritas o programas de televisión, como Glee o Catfish “Mentiras en la Red” de MTV, al estar enfocados al público juvenil, suelen contener problemas online con frecuencia y pueden cumplir la misma función para encuadrar la sesión de tutoría en el contexto de, por ejemplo, una situación de suplantación de identidad, fraudes o comunidades peligrosas. Otras opciones similares son las canciones de los grupos que les gustan y la literatura juvenil, donde también podemos encontrar ejemplos que planteen estas problemáticas.
Un detalle a tener en cuenta, es que no podemos olvidar que el tiempo de tutoría es limitado (y por norma escaso), así que debemos plantearnos como aprovecharlo bien. Sobre todo si nos animamos a utilizar una película o un capítulo de una serie, podemos seleccionar la parte que nos parezca más llamativa, para evitar monopolizar toda la sesión. Son herramientas para introducir el tema: sin la reflexión posterior pierden parte de su objetivo educativo.
Pongámonos en situación y manos al teclado
Una vez introducido el tema, no podemos quedarnos ahí. ¿Por qué no empezar con unas cuantas preguntas para analizar lo que hemos visto en esas noticias o vídeos? Expresar qué sentimientos nos producen o qué mensajes indirectos nos transmiten puede ayudarnos a ir un paso más allá de una primera impresión.
Para interiorizar la información, podemos aprovechar los recursos que nos ofrece el aula de informática y explorar espacios educativos virtuales como el catálogo de recursos de Internet Segura for Kids, el Material didáctico disponible para descarga gratuita de Internet Segura for Kids o la Mediateca de Convivencia Escolar del MECD, donde encontramos diferentes propuestas como la web didáctica de PantallasAmigas para trabajar el ciberacoso. Estos espacios nos ofrecen contenidos adaptados para diferentes edades sobre problemas que los menores pueden encontrar en Internet.
Utilizar las propias aplicaciones y redes sociales que ellos usan a diario les resultará muy práctico, y nos dan la oportunidad de trabajar habilidades transversales a los problemas de ciberbullying, sexting o grooming, como por ejemplo proteger su privacidad en Internet o navegar de forma segura y responsable.
Las redes sociales nos permiten trabajar habilidades transversales a los problemas de ciberbullying, sexting o grooming
También podemos complementar la sesión con dinámicas de grupo, como las que propone la Unidad Didáctica sobre sexting de Chaval.Es, así como iniciativas activas como Tutoría entre iguales, puesta en marcha por el IES Front Maritím en Barcelona, o los Alumnos Ayudantes de IES Parque Goya de Zaragoza.
Sí al debate, pero con moderación
Otra opción para hacer reflexionar a los alumnos y alumnas es organizar un pequeño debate. Tomando como introducción un caso o situación de un problema online, esta herramienta puede utilizarse con un fin educativo ya que fomenta la participación y el razonamiento, a la vez que permite desarrollar valores como la empatía, la asertividad, el respeto a la diferencia y la capacidad de crítica.
Esta actividad no requiere mucha preparación previa, pero si queremos obtener resultados o conclusiones de utilidad para el grupo, sí es necesario tener en cuenta algunos aspectos para su puesta en marcha.
El papel del moderador/a es imprescindible, ya sea profesor o alumno, dado que su función es mantener un clima de comunicación y escucha, así como estimular la participación. Es recomendable marcar tiempos, tanto para las intervenciones como para la duración total de la actividad. De este modo, gestionaremos mejor la información y evitaremos desviarnos del tema a tratar.
Por último, para terminar la sesión es necesario sacar conclusiones. Cerrar la actividad recopilando los puntos clave de las intervenciones, determinando qué soluciones y reflexiones hemos sacado y cuáles son las ideas más relevantes para el grupo. Y lo ideal sería que fueran ellos los encargados de este último paso. Si conseguimos hacerles partícipes de los riesgos que conlleva navegar en Internet y cuáles son las consecuencias de ignorarlos, estaremos desarrollando su capacidad para defenderse y protegerse a sí mismos.
Y en vuestras aulas, ¿habéis planteado alguna tutoría sobre la seguridad en Internet? Contadnos en los comentarios vuestra experiencia tratando estos temas con los menores.