Spoofing: todo lo que necesitas saber para proteger tu empresa

Fecha de publicación 23/05/2023
Autor
INCIBE (INCIBE)
Imagen portada de Spoofing

En el ámbito del teatro, el término spoofing se usaba cuando un actor fingía ser otro personaje. Esta palabra, proveniente del inglés, se refiere al acto de falsificar o imitar algo o a alguien, normalmente, con la intención de suplantarle la identidad.

Llevado al mundo de la informática y la tecnología, el spoofing o suplantación de identidad es un ciberataque en el que un ciberdelincuente se hace pasar por una fuente confiable (entidades bancarias, instituciones públicas, proveedores, clientes, compañías telefónicas, aplicaciones, etc.), para hacerse así con sus datos privados y credenciales sin que los afectados lo sepan y así poder filtrarlos, chantajearles, propagar malware a través de archivos adjuntos, o enlaces infectados, robar dinero, etc.

¿Qué tipos de spoofing existen?

Estos ataques, que cada día son más comunes, pueden ser muy dañinos para las empresas si no están preparadas para hacerles frente. El robo de datos confidenciales, información financiera, daños reputacionales y consecuencias legales son algunos de los principales riesgos derivados del spoofing.

Pero, en ocasiones, llegan a ser tan sofisticados que pueden ser difíciles de detectar, y las medidas preventivas son clave para protegerse contra este tipo de ataques. Conocer los tipos de spoofing que existen es el primer paso para evitar ser víctima de ellos:

¿Cómo proteger a nuestras empresas de un ataque de spoofing?

  • Comprobar siempre la dirección del remitente, evitando responder a correos electrónicos, mensajes o llamadas de remitentes desconocidos. 
  • Prestar atención a redacciones deficientes, con fallos ortográficos y que incitan a tomar acciones en tono de urgencia.
  • No proporcionar datos personales, confidenciales, de acceso, o bancarios a través de estas vías.
  • Evitar pulsar en enlaces o descargar archivos de correos electrónicos y mensajes sin verificar la veracidad de la información y del remitente. 
  • Utilizar herramientas de seguridad. Entre ellas, activar un filtro antispam y corroborar con la fuente oficial, si es necesario.
  • Utilizar la firma digital o cifrado en los correos electrónicos para autenticar nuestras comunicaciones, ayudando a prevenir posibles suplantaciones a nuestra empresa.
  • Comprobar que se trata de una conexión segura con un certificado SSL (el candado al lado de la dirección web) y siempre con una conexión https.
  • Prestar atención a las URL para evitar casos de cybersquatting. También a las faltas de ortografía o cambios en el contenido de la web.
  • Proteger/blindar nuestro router, restringiendo las conexiones remotas, cambiando las contraseñas por defecto, además de seguir las pautas para identificar webs fraudulentas. 
  • Mantener los equipos actualizados a la última versión, tanto del sistema operativo, como del navegador y las aplicaciones.
  • Utilizar contraseñas robustas y diferentes para cada servicio, modificarlas regularmente y, cuando sea posible, activar un doble factor de autenticación.
  • Realizar exámenes y chequeos de seguridad periódicos para luchar contra accesos maliciosos que puedan modificar los ajustes de los DNS en nuestros equipos y routers.
  • Descargar aplicaciones o software de mercados oficiales.

Gracias a estas acciones, y al resto de medidas de protección de nuestra empresa, podremos reducir el riesgo de sufrir un ataque de suplantación de identidad. 

Recuerda que puedes contactar con nosotros a través de la Línea de Ayuda en Ciberseguridad de INCIBE (017), los canales de mensajería instantánea de WhatsApp (900 116 117) y Telegram (@INCIBE017), o del formulario de contacto (seleccionando la opción de usuario de empresa o profesional) que encontrarás en nuestra web. Expertos en la materia resolverán cualquier conflicto online relacionado con el uso de la tecnología y los dispositivos conectados.

Contenido realizado en el marco de los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España, financiado por la Unión Europea (Next Generation).