Menores de edad y la publicidad en Internet

Fecha de publicación 17/12/2018
Publicidad en Internet

La publicidad forma parte de nuestro día a día, también en Internet. Tanto es así que en ocasiones resulta difícil distinguir si un contenido es o no un anuncio. Dado que los menores son más vulnerables a los riesgos relacionados con los contenidos comerciales, hemos de ayudarles a reducir su exposición a los mismos en línea, así como a saber identificar los anuncios y analizarlos críticamente.

La presencia de la publicidad en todos los medios de comunicación se ha normalizado y extendido hasta tal punto, que puede que debamos reflexionar sobre el número de anuncios que recibimos y consumimos de manera cotidiana.

Internet se ha convertido en un medio de aprendizaje y entretenimiento diario, pero también es un medio donde se muestra una cantidad importante de publicidad. Y es que las empresas se han percatado del impacto y los beneficios de utilizar plataformas en línea como escaparate para exhibir sus productos en general, y para dirigirse al público infantil y juvenil en particular.

Así pues, los menores, hoy en día, tienen una exposición significativa a los contenidos comerciales en Internet. Dada su mayor vulnerabilidad y credibilidad, como padres y madres hemos de implicarnos para ayudarles a reducir y controlar el consumo de publicidad, además de concienciarles sobre todas sus implicaciones.

 

Algunos datos sobre los menores y la publicidad en Internet

 

Publicidad no son solo banners y ventanas emergentes

Cuando hablamos de publicidad en Internet es fácil pensar en los típicos mensajes llamativos e imágenes animadas que rodean los contenidos de algunas páginas (banners), o las imágenes o vídeos que aparecen de repente por delante del contenido de la web (pop-ups). También podemos pensar en los resultados patrocinados, anuncios camuflados como si fueran resultados de una búsqueda o contenidos relacionados (llevan alguna indicación como “anuncio”, “ad”, “patrocinado”, “branded content” ), o los vídeos cortos que se visualizan obligatoriamente antes del vídeo o el juego deseado. Estos son ejemplos de publicidad directa, que puede aparecer identificada como tal, aunque no es la única clase de anuncios que nos encontramos.

Que un anuncio se identifique claramente como “publicidad” es un requisito básico, aunque también deberá cumplir con el resto de normas aplicables. Hoy en día, en nuestro país, coexisten múltiples normativas y códigos de autorregulación en materia de publicidad, Internet y menores, lo que añade complejidad al cumplimiento legal y a su verificación. Para ampliar información resulta muy útil la guía ”Los niños ante la publicidad” de la Cátedra de Marketing y Comunicación Infantil y Adolescente.

    Los contenidos publicitarios deben estar claramente identificados como tales, también en Internet, aunque eso no siempre coincide con la realidad

Con la creciente popularidad del consumo de contenidos creados por los propios usuarios en las redes sociales, han ido proliferando bloggers, youtubers y otras personas influencers, que hablan de cualquier tema que se pueda imaginar, incluyendo aquellos de interés para los menores como los juguetes, videojuegos, música, manualidades, etc. La cuestión es que muchos de sus contenidos, aunque no se etiqueten como publicidad, pueden tener el mismo propósito o al menos un efecto equivalente.

En esta categoría podemos incluir vídeos donde alguna persona (menor o adulta) simplemente juega con un videojuego o con juguetes, cuenta su experiencia personal, abre un nuevo juguete o un envoltorio sorpresa explicando todo lo que se va encontrando (lo que se denomina habitualmente unboxing), sus características, montaje, los blogs donde se realizan comparativas entre diferentes videojuegos, dispositivos, etc.

En algunas ocasiones, este tipo de contenidos pueden contar con el apoyo y patrocinio de las marcas, pero aun cuando no fuera así, podríamos decir que actúan como una publicidad indirecta.

Publicidad en Internet

En otras ocasiones las marcas tradicionales de productos dirigidos a público infantil extienden su comunicación a un ámbito digital e interactivo, por ejemplo impulsando la descarga de una app en el móvil con una experiencia de realidad aumentada, un juego en línea, etc., o la participación en actividades y sorteos a través de la web o las redes sociales. Estas propuestas no se suelen identificar como publicidad, aunque efectivamente tienen un propósito comercial.

Anuncios ¿personalizados?

Sin embargo, el aspecto más relevante de estas acciones interactivas es su capacidad para personalizar los mensajes publicitarios. Con el registro del usuario en una app, juego en línea, la suscripción a sus redes sociales, las cookies de la visita a una web, etc., la marca puede empezar a recopilar datos de esa persona y de su familia, nombres, fechas de nacimiento, correos electrónicos, etc. Así pues, puede cruzar datos para crear perfiles de uso con sus preferencias, los enlaces que siguen, las respuestas que da a cada cuestionario, etc. Finalmente, puede explotar esta información generando anuncios personalizados que se mostrarán por cualquier medio posible (por ejemplo, como sucede cuando después de mirar unas deportivas en una tienda en línea, nos aparecen anuncios relacionados con esa tienda o con las zapatillas deportivas en cualquier otra página web).

Publicidad en Internet

En las redes sociales, el fenómeno de la publicidad personalizada es aún más relevante, dado el elevado grado de conocimiento que tienen de sus usuarios. Cada uno puede elegir cómo quiere gestionar los anuncios que recibe en estas plataformas a través de una opción en el menú denominada habitualmente “preferencias de anuncios” o “configuración de anuncios” (así ocurre, por ejemplo, en Facebook, Instagram, Google, e incluso otras redes de anunciantes). En plataformas especialmente dirigidas a menores puede haber condiciones más restrictivas por defecto, como por ejemplo en YouTube Kids donde no se permite la personalización de anuncios.

Ante todo, debemos recordar que no es posible evitar que aparezcan anuncios, al fin y al cabo son una de las principales fuentes de ingresos para muchos sitios en línea. Lo que sí podemos es desactivar la personalización de anuncios, haciendo que estos sean genéricos, o bien activarla para que se adapten a su perfil y sean más interesantes. Sin embargo, cuando hablamos de las redes sociales de un menor, dado su nivel de madurez y pensamiento crítico aún en desarrollo, nuestro consejo es aplicar una configuración en el perfil del menor para que no reciba anuncios personalizados.

Recomendaciones para mantener una exposición equilibrada y saludable ante la publicidad

  • Fomentar la capacidad de crítica de los menores y hacerles conscientes de las estrategias publicitarias. Para ello, resulta muy útil conversar de manera informal sobre los contenidos de carácter comercial que vemos juntos. Por ejemplo, podemos “jugar” a identificar estos contenidos, preguntarnos qué mensajes y emociones transmiten esos anuncios, vídeos, etc., cómo nos sentíamos antes y después de verlos, si nos parecen informaciones realistas o no, quién está detrás de ese contenido, etc.
  • Utilizar bloqueadores de anuncios, pequeños complementos para el navegador de Internet o programas específicos para ordenador que permiten reducir y limitar el número de anuncios que se visualizan. o programas específicos para ordenador que permiten reducir y limitar el número de anuncios que se visualizan.

Publicidad en Internet

  • Decantarse por espacios en Internet libres de publicidad o publicidad menos abusiva, para lo cual es útil reconocer contenidos de calidad , fuentes fiables y preferiblemente oficiales.
  • Evitar la publicidad personalizada, para lo que se puede emplear la configuración de anuncios de las principales redes sociales y otras plataformas de servicios en línea, así como utilizar las opciones para reportar o denunciar aquellos anuncios que no nos parezcan apropiados. Además, es muy importante que los menores no den datos personales sin el asesoramiento de un adulto responsable, ni aunque parezca un simple sorteo sin importancia.
  • Fomentar el consumo responsable en el hogar, evitando compras impulsivas, sin dejarse llevar por ganchos publicitarios, valorando la necesidad real de un producto antes de adquirirlo, analizando posibles alternativas que ya tengamos en casa, informándose y comparando sus características y precios.

Publicidad en Internet

 

Para terminar, podemos decir que no es posible evitar por completo la visualización de publicidad por parte de los menores, pero sí está en nuestras manos ayudarles a reducirla, controlarla y hacerse conscientes sobre las implicaciones del consumo de contenidos comerciales. Desde la Línea de ayuda en ciberseguridad de INCIBE, 017, te asesoramos de forma gratuita y confidencial sobre configuraciones y pautas a aplicar en relación con la publicidad en Internet que ven tus hijos.

Y en vuestra casa ¿habéis hablado de este tema?, ¿cuál es el consejo clave que le dais a vuestros hijos/as? Podéis compartirlo con toda la comunidad de IS4K en los comentarios, ¡gracias!