Casos Reales

Los ciberdelincuentes utilizan la técnica de ingeniería social para intentar engañar a sus víctimas de la forma más veraz posible. En este caso real una empresa corrió el riesgo de ser defraudada tras un ataque de vishing usando la excusa de una supuesta formación.

Todo el mundo tiene acceso a publicar información en las redes sociales, por lo que hay que tener precaución y contrastar la información que aparezca en ellas. A veces, esta puede ser falsa o errónea, como en este caso real que ocasionó una situación de peligro.

Cada vez más, los videojuegos online forman parte del ocio de los menores. Es por ello que deben ser conscientes de los riesgos existentes, así como de las precauciones que deben tomar a la hora de realizar compras a través de Internet, para evitar caer en estafas.

Las suplantaciones de identidad en internet no se dan únicamente por parte de desconocidos. En ocasiones, como en este caso real, los más allegados aprovechan esa posición ventajosa para realizar este tipo de prácticas y sacar algo en su beneficio. 

En este caso real, los ciberdelincuentes consiguen que su víctima realice una transferencia de un supuesto préstamo, que no había solicitado, a una cuenta fraudulenta, perdiendo así el dinero, pero conservando la deuda con la financiera.

Fomentar la adquisición del pensamiento crítico en los menores es clave, de tal forma que aumenten su criterio y capacidad analítica. Esto puede prevenir situaciones como la de este caso real, en el que un menor sufre una extorsión tras entablar un contacto. 

Desde la Línea de Ayuda en Ciberseguridad también atendemos consultas en el marco legal. En este caso real, ayudamos a una empresa a determinar si está sujeta al Reglamento DORA y alineada con la normativa vigente. 

Este caso real resalta la facilidad con la que los ciberdelincuentes pueden tener acceso al buzón de voz y los mensajes de audio de su víctima, para poder utilizar esta información a posteriori en otros fraudes, por ejemplo, robando la cuenta de WhatsApp. 

Los premios suelen ser una excusa recurrente por los ciberdelincuentes para llevar a cabo sus fraudes y estafas. Como en este caso real, donde un menor se suscribe a un servicio de mensajería premium inconscientemente, tras recibir un SMS que prometía un premio.