Casos Reales

Con el uso extendido de las redes sociales, los centros educativos también disponen de ellas, pero deben pedir autorización a los padres de los alumnos para poder publicar fotos y vídeos donde aparezcan los menores, sin que esto repercuta en ningún tipo de discriminación. 

En este caso real una empresa recibe un ataque de ransomware del que, como es habitual, fueron informados, con la particularidad de que la propia nota de rescate es detectada como un troyano y bloqueada por la herramienta de antimalware que utilizan. 

En este caso real descubrimos cómo un usuario perdió parte de sus ganancias al decidir invertir en criptomonedas sin ningún tipo de conocimiento previo y sin ser consciente de los riesgos y consecuencias a los que se estaba exponiendo.

Los mods (modificaciones) de videojuegos permiten personalizar servidores propios, además de jugar con otras personas simultáneamente. Es importante tomar todas las medidas de seguridad oportunas para evitar pérdidas.

Aunque en la actualidad se realizan muchas transferencias electrónicas, las empresas también suelen aceptar los cheques como método de pago. En ocasiones, estos son una técnica explotada por los ciberdelincuentes para realizar blanqueo de capitales.

En este caso real, una víctima de violencia de género encuentra instaladas en su dispositivo móvil aplicaciones con las que poder acceder a su información y conocer su ubicación en este momento. Descubre su legalidad y las pautas a seguir en estos casos.

Publicar información sensible, como nuestro número de teléfono en redes sociales o cualquier tipo de plataforma, puede acarrear ciertos riesgos innecesarios. En este caso real una mujer recibió una oferta de prácticas de sexting con contenido sexual de una menor.

El interés empresarial puede nacer a cualquier edad. Por eso, algunos adolescentes deciden lanzar su propio negocio o formar parte de alguno. En este caso real una madre nos trasladó sus dudas acerca de la viabilidad de la idea de su hijo para emprender. 

Los ciberdelincuentes, en ocasiones, traspasan las pantallas interactuando con sus víctimas de forma presencial. En este caso real un joven resulta estafado económicamente tras realizar el adelanto para un supuesto alquiler de un piso, cuyo arrendador no era el dueño.